jueves, 18 de diciembre de 2008

sábado, 27 de septiembre de 2008

EMBRIOSONOGRAFIA

Embriosongrafía
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Presentación creada por el Dr. Raúl Nico.

Médico especialista en Obstetricia.

Ex instructor de residentes del Hospital Interzonal Especializado Materno Infantil de Mar del Plata, Argentina.

Staff del Servicio de Obstetricia del Hospital Privado de Comunidad de Mar del Plata.

domingo, 13 de julio de 2008

HALLAZGOS ABDOMINALES EN ECOGRAFIA OBGIN

RESUMEN
Objetivo: Determinar la prevalencia de patología preclínica, ecográficamente evidenciable, en pacientes que concurren a realizarse una ecografía tocoginecológica.
Diseño metodológico: Estudio descriptivo sobre una serie de 280 casos.
Resultados: El 14,64 % de las pacientes presentó hallazgos anormales. La esplenomegalia fue el hallazgo mas frecuente, seguido de litiasis vesicular. Solo dos pacientes presentaron mas de un hallazgo anormal.
Conclusiones: Operativamente, es factible completar la ecografía tocoginecológica con un rastreo hepato bilio espleno pancreático. Esto puede arrojar resultados positivos. Esta práctica debe ser incluida en la rutina exploratoria, pero solo consignando los datos positivos cuando los hubiere.
Palabras Clave: Embarazo. Ecografía. Esplenomegalia. Litiasis vesicular. Hidronefrosis. Hallazgos.

INTRODUCCION
El concepto de medicina preventiva está muy arraigado en algunas especialidades. Solo por citar dos ejemplos emblemáticos se pueden mencionar el control de niño sano en pediatría y el Papanicolaou como rutina de control prenatal en obstetricia (1).
En ambos casos, el médico, implementando acciones simples, rápidas, seguras y de bajo costo logra grandes beneficios como la detección de patologías en período preclínico, pasibles de tratamiento curativo o de medidas correctivas. Estas intervenciones oportunas, si se sistematizan, mejoran los indicadores de salud de la población.
Los ecografistas tenemos la oportunidad de “barrer” con el transductor todo el abdomen, en aquellas pacientes a las cuales se les solicitó una ecografía ginecológica u obstétrica.
El objetivo de este estudio es demostrar que, en oportunidad de realizar una ecografía tocoginecológica e independientemente del resultado de la misma, un breve rastreo ecográfico abdominal sin preparación digestiva previa puede evidenciar la presencia de patología en pacientes asintomáticas.

MATERIAL Y METODOS
El estudio se llevó a cabo en un centro privado del conurbano bonaerense. Sin modificar la agenda de turnos, se citó un paciente cada 15 minutos. Se utilizó un ecógrafo General Electric Logiq 500 (GE Yokogawa Medical Systems Ltd,1998, Japan), con transductores convex multifrecuencia 3,5 - 5 Mhz. Se ingresaron al protocolo las pacientes que concurrieron, durante dos meses, con orden de ecografía ginecológica u obstétrica, estas últimas cursando el primer o segundo trimestre de embarazo (hasta la semana 27 inclusive). Una vez terminada la ecografía solicitada por el médico derivante, se le pidió permiso a la paciente para explorar el abdomen superior y se realizó una anamnesis. Sin preparación digestiva previa, se rastrearon epigastrio, ambos hipocondrios y flancos, con la paciente en decúbito dorsal. Cuando se lo consideró necesario para mejorar la imagen, se solicitó a la paciente que mantuviera una apnea inspiratoria o que distendiera el abdomen como simulando un embarazo avanzado. El concepto “hallazgo anormal” se define como cualquier alteración en la forma, tamaño y/o ecoestructura del órgano abdominal objeto de estudio. Se consideró esplenomegálico al bazo cuyo diámetro longitudinal fuera mayor de 120 mm. Fueron evaluados: 1) hígado, vesícula y vías biliares con cortes transversales, longitudinales, oblicuos e intercostales, 2) páncreas con un corte transversal, 3) bazo con un corte longitudinal, 4) riñones con cortes longitudinales. Ante hallazgos anormales, se completó con los cortes necesarios en cada caso. Se informó a cada paciente y se interrogó específicamente si tenía conocimiento de la presencia de dicho hallazgo. En caso de respuesta afirmativa, se excluyó del protocolo. Todos los hallazgos fueron consignados al pie del informe tocoginecológico y se sugirió su confirmación con estudios específicos, realizados con la preparación correspondiente para cada caso. Se hizo un registro fotográfico de cada hallazgo y se concluyó el examen con una foto del epigastrio, para evaluar el tiempo transcurrido entre la última foto obstétrica y la finalización del estudio.

RESULTADOS
Fueron evaluadas 280 pacientes. Cuarenta y una presentaron hallazgos anormales, lo que corresponde al 14,64 %. Solo dos pacientes presentaron mas de un hallazgo anormal, totalizando así 43 hallazgos anormales.
La muestra estudiada se conforma con dos grupos, a saber: uno de 175 pacientes ginecológicas y otro de 105 pacientes obstétricas. Se registraron hallazgos anormales en 25 pacientes ginecológicas (14,28 %) y en 16 obstétricas (15,23%). Solo una paciente de cada grupo presentó mas de un hallazgo anormal. Una embarazada presentó esplenomegalia y litiasis vesicular. Una paciente ginecológica presentó esplenomegalia y esteatosis hepática difusa. La edad promedio de las embarazadas fue 29,3 años, con un rango de 17 a 45 años. La paridad promedio de estas fue menor de 1 (0,75), con un rango de 0 a 5 partos previos. Cuatro embarazadas tenían 40 o mas años de edad. La edad promedio de las pacientes ginecológicas fue de 38,5 años, con un rango de 11 a 74 años de edad.
En el grupo de embarazadas se identificaron tres hallazgos, que involucraban a otros tantos órganos. En orden de frecuencia fueron esplenomegalia, litiasis vesicular e hidronefrosis unilateral. Esta secuencia se observó, también, en el grupo ginecológico. Aquí, sin embargo, el segundo órgano mas afectado no fue la vesícula biliar sino el riñón ya que, además de hidronefrosis unilateral, fueron identificados quistes parapiélico y parenquimatoso e hidronefrosis bilateral. Los restantes hallazgos de este grupo fueron hepáticos.
El único órgano evaluado que no registró ningún hallazgo fue el páncreas.
El tiempo extra que demandó cada estudio fue inferior a tres minutos en todos los casos. El horario de finalización de consultorio no se demoró mas de lo habitual.

COMENTARIOS
Del análisis de los datos obtenidos se infiere que la prevalencia de patología abdominal asintomática, ecográficamente evidenciable, podría ser superior al 15 %.
No se puede concluir categóricamente en ese concepto, porque el presente estudio adolece de, al menos, dos limitaciones. La primera de orden metodológico, ya que la muestra no es producto del azar sino arbitraria. La segunda es inherente al propio protocolo de estudio, que incluyó específicamente a pacientes sin preparación digestiva previa porque no se intentó determinar la prevalencia de hallazgos anormales (para ello las pacientes deberían haberse citado en condiciones ideales), sino que se trató de demostrar que los denominados hallazgos abdominales existen y son fácilmente evidenciables sin requisitos de preparación.
En la investigación bibliográfica del tema, no se encontró ningún artículo que incluyera la exploración metódica de tantos órganos, en pacientes asintomáticas. La mayoría relacionan los hallazgos de un determinado órgano con el embarazo. Un grupo mexicano (2) estudió la vesícula durante los tres trimestres del embarazo y concluyó que este procedimiento se debía incluir como rutina con la ecografía obstétrica. Llaman la atención algunas similitudes de ese informe con el presente estudio. Ellos evaluaron 292 embarazadas, encontraron litiasis en 41 pacientes (14,04%) y otros hallazgos vesiculares en 6 pacientes (2,04%).
Mas recientemente, otro grupo mexicano (3) comunicó su experiencia en el diagnóstico y manejo del hígado graso agudo en el embarazo. Estos investigadores, al igual que Usta y col. (4), emplearon también Tomografía Computada (TC). Entre ambas series suman 26 casos, con resultados contradictorios en cuanto al aporte de la ecografía y la TC. De todas formas, las tres esteatosis del presente estudio se observaron en pacientes ginecológicas. El hígado graso agudo del embarazo es una grave complicación clínica propia del tercer trimestre, que no es objeto de este estudio.
Maikranz y col. (5) afirman que las litiasis renales son mas frecuentes durante el tercer trimestre y en multíparas. Esto coincidiría con los resultados de esta serie, en la cual no se encontró litiasis renal durante los dos primeros trimestres en pacientes mayoritariamente nulíparas o primíparas. En cambio, Cietak y Newton (6) no encuentran diferencias entre paridad y edad gestacional.
Aunque la patología pelviana no es objeto de este estudio, porque en la serie se incluyen tanto pacientes ginecológicas como embarazadas, cabe destacar que la patología ginecológica constituye el hallazgo mas frecuente en ecografía obstétrica (7).
La ecografía biliar durante el embarazo es una herramienta diagnóstica, de probada eficacia, cuyas posibilidades vienen siendo estudiadas desde hace muchos años (8-9) pero que, en la práctica, su utilización se ve restringida a aquellos casos con un cuadro clínico característico de cólico biliar, generalmente secundario a una litiasis hasta ese momento desconocida. Esto podría prevenirse implementando un rastreo biliar sistemático al momento de practicarse una ecografía ginecológica, para posibilitar el diagnóstico oportuno y su correspondiente tratamiento previo a la concepción.
En una muy reciente publicación, Suarez y col. (10) evalúan los mismos órganos que en este estudio, pero en pacientes con dolor abdominal y preeclampsia. Ellos encuentran hepatomegalia, signo del halo periportal, ecoestructura hepática heterogénea como “cielo estrellado”, hematoma subcapsular, cápsula de Glisson y pared vesicular engrosadas, ascitis y derrame pleural. Todos estos hallazgos relacionados con el síndrome HELLP (hemólisis, aumento de enzimas hepáticas y plaquetopenia). No detectaron ninguna anormalidad en páncreas, riñones ni bazo.
Mas allá de las limitaciones del estudio, queda demostrado que operativamente es factible completar la ecografía tocoginecológica con un rastreo hepato bilio espleno pancreático y que dicho rastreo puede arrojar resultados positivos. Sin embargo, un resultado negativo no excluye patología. Por lo tanto, se propone adoptar esta práctica como rutina exploratoria consignando únicamente los datos positivos, cuando los hubiere, y aclarando que deben ser corroborados con estudios específicos.

REFERENCIAS
1) Visscher HC. El ginecoobstetra y la atención primaria. En: Clínicas Obstétricas y Ginecológicas. Ed. Interamericana. México 1995;(1):199-204
2) Alba-Quintanilla F, Posadas-Robledo FJ. Evaluación ecográfica de la vesícula biliar durante el embarazo. Ginecol Obstet Mex 1997 Feb;65:39-42
3) Cejudo Carranza E, Helguera Martinez A, Garcia Caceres E. Hígado graso agudo en el embarazo. Experiencia de 7 años. Ginecol Obstet Mex 2000 May;68:191-7
4) Usta IM, Barton JR, Amon EA, Gonzalez A, Sibai BM. Acute fatty liver of pregnancy: an experience in the diagnosis and management of fourteen cases. Am J Obstet Gynecol 1994 Nov;171(5):1342-7
5) Maikranz P, Coe FL, Parks JH, Lindheimer MD. Nephrolithiasis and gestation. Baillieres Clin Obstet Gynaecol 1987 Dec;1(4):909-19
6) Cietak KA, Newton JR. Serial quantitative maternal nephrosonography in pregnancy. Br J Radiol 1985 May;58(689):405-13
7) Fleischer AC, Shah DM, Entman SS. Sonographic evaluation of maternal disorders during pregnancy. Radiol Clin North Am 1990 Jan;28(1):51-8
8) Machi J, Sigel B, McGarth EC, Beitler JC, Ramos JR, Work BA Jr. Operative ultrasonography in the biliary tract during pregnancy. Surg Gynecol Obstet 1985 Feb;160(2):119-23
9) Scott LD. Gallstone disease and pancreatitis in pregnancy. Gastroenterol Clin North Am 1992 Dec;21(4):803-15
10) Suarez B, Alves K, Senat M, Fromageot J, Fischer C, Rosenberg P, Ville Y. Abdominal Pain and Preeclampsia. Sonographic Findings in the Maternal Liver. J Ultrasound Med 2002 Oct;21(10):1077-83

lunes, 2 de junio de 2008

ECOGRAFIA DEL ANO POR ABORDAJES NO CONVENCIONALES

RESUMEN
Objetivo: Determinar si es factible estudiar ecográficamente el ano por vías transperineal y transvaginal.
Diseño metodológico: Estudio descriptivo sobre una serie de 929 casos.
Resultados: Atendiendo al carácter de comunicación preliminar, no se informa la casuística hecha por vía transperineal. En todos los casos se lograron
reconocer los componentes anatómicos del canal anal, utilizando la vía transvaginal.
Comentarios: El método es técnicamente reproducible. Se presentan nuevas líneas de investigación para evaluar su potencial utilidad y se propone una denominación específica para cada estudio.
Palabras claves: Ano. Ecografía transvaginal. Ecografía transperineal.

INTRODUCCION

Clásicamente, el estudio ecográfico del ano se realiza en forma endoanal. Esto requiere la utilización de un transductor específico para tal fin (1) que, por lo general, solo se encuentra en centros de alta complejidad ubicados en grandes ciudades. Sin embargo, una de las principales patologías del ano que tiene indicación ecográfica para su estudio, la incontinencia fecal por aparente lesión del esfínter de causa obstétrica, es mas frecuente en áreas rurales o en ciudades con centros de atención de baja complejidad. Así entonces, es evidente que existe un problema de accesibilidad al método.
El problema planteado tiene solución y es sencilla. Solo implica ver más allá del ano. Dicho de otro modo, hay que acceder ecográficamente al ano desde fuera del ano. Para ello se pueden utilizar las vías transperineal y/o transvaginal.

ECOGRAFIA TRANSPERINEAL
La ecografía del esfínter del ano por vía transperineal es, en el hombre, la única alternativa a la exploración endoanal. Se puede realizar con transductor lineal o endocavitario en contacto con el periné, obteniéndose las mismas imágenes que por vía transvaginal en la mujer.

ECOGRAFIA TRANSVAGINAL
En la mujer, además de la vía transperineal se puede utilizar la vía transvaginal.
En la práctica diaria, una solicitud de ecografía transvaginal es sinónimo de ecografía ginecológica endovaginal. Sin embargo, la técnica transvaginal es un recurso útil para múltiples aplicaciones no ginecológicas (2) como, por ejemplo: estudio de la uretra, vejiga, meato ureteral, enfermedad de Crohn, esfínter del ano, tumores de recto, Doppler arterial y venoso de vasos pelvianos, etc.

La ecografía del esfínter del ano por vía transvaginal es la única aplicación que se desarrollará en el presente estudio. Por el carácter de comunicación preliminar, el objetivo que se persigue por el momento es demostrar que este método es reproducible.

ANATOMIA
El ano es mucho mas que un simple orificio, en el cual termina el tubo digestivo. En realidad, es el tramo distal del recto y su denominación correcta es conducto anal.
Este conducto es corto, suele medir aproximadamente unos 3 centímetros. En ambos sexos se ubica en el perineo posterior, aunque en la mujer es algo mas anterior que en el hombre. Su dirección es oblicua hacia abajo y atrás, y forma un ángulo aproximado de 90 grados con la ampolla rectal (3).
Presenta dos límites, uno superior y otro inferior que corresponden a sendos orificios.
El límite superior está delimitado por la línea circular anorrectal o pectínea, formada por 3 a 6 papilas de 1 a 3 mm cada una. Corresponde a la unión embriológica del endodermo con el ectodermo.
El límite inferior lo constituye la línea anoperineal, de muy difícil delimitación dado que la piel modificada del ano se confunde con la piel perineal en una transición muy gradual.
Toda la luz del conducto está revestida por una mucosa de transición que paulatinamente se convierte de mucosa rectal a piel modificada del ano que termina confundiéndose con piel perineal, como se mencionó antes. Algunos autores la denominan mucosa anal de Herrmann, describiendo mucosa y submucosa con epitelio, corion, glándulas y muscularis mucosae.
En si mismo, el conducto anal es un aparato esfinteriano como se describe a continuación.
El esfínter del ano esta constituido por tres grupos musculares principales y algunos accesorios (4). Los principales son: el esfínter interno, el esfínter externo y el elevador del ano. En este punto cabe aclarar que los apelativos interno y externo de los esfínteres están dados por su ubicación en relación a la luz del conducto anal.
Esfínter interno. Está formado por fibras lisas musculares que son continuidad de las que revisten el recto, pero más gruesas. Este engrosamiento se inicia paulatinamente en el extremo distal del recto, por encima del elevador del ano, y finaliza abruptamente poco antes del orificio externo del ano, a nivel de la línea blanca de Milton en el tegumento y de la unión de los fascículos superficial y subcutáneo del esfínter externo. Su altura es de hasta 4 centímetros y su grosor de 3 a 6 mm.
Esfínter externo. Es un músculo estriado, voluntario, también concéntrico, que rodea al esfínter interno. Consta de tres haces musculares: profundo, superficial y subcutáneo. El primero se relaciona con el elevador del ano, el segundo con el esfínter interno y el haz subcutáneo no se acompaña de ningún otro músculo del aparato esfinteriano. Tiene una altura de 20 a 25 mm y un grosor de 8 a 10 mm.
Elevador del ano. De este gran músculo del piso pelviano, solo los fascículos anteriores de la porción superficial forman parte del aparato esfinteriano. Se inserta en la cara posterior del pubis y con dirección descendente y hacia atrás, rodea los 3/4 posteriores del extremo superior del conducto anal y forma una especie de cincha con concavidad anterior.

MATERIAL Y METODOS

Se utilizaron dos equipos, un General Electric Logiq 500 (GE Yokogawa Medical Systems Ltd, 1998, Japan) y un Medison SonoAce 600 (Medison Co. Ltd, 1997, Korea), con sendos transductores endocavitarios de 6,5 Mhz cubiertos con preservativos. Como es práctica habitual, se empleó gel hidrosoluble de acople entre el transductor y el preservativo.
Todas las ecografías fueron realizadas por el mismo operador, siempre con la paciente acostada en decúbito dorsal, sus piernas flexionadas y rodillas separadas.
El único criterio de inclusión fue solicitud de ecografía endovaginal. No se discriminó población ginecológica de obstétrica ni grupos etáreos. No se emplearon criterios de exclusión ni se clasificaron los hallazgos como normales o patológicos.
A todas las ecografías endovaginales hechas desde el 1 de junio de 2002 hasta el 31 de mayo de 2003 se les practicó, además del estudio solicitado, la técnica de estudio del esfínter del ano, a saber:
“Una vez finalizado el estudio convencional, se retira el transductor hasta el tercio inferior de la vagina respetando el eje del órgano. Se procede a levantar el mango del transductor, basculando suavemente contra el pubis, hasta que el extremo distal (emisor del haz de ultrasonido) toma contacto con la pared vaginal posterior, inmediatamente por encima del nivel del introito. Se rota 90 grados para obtener un corte axial del canal anal. Para obtener una imagen satisfactoria se debe regular la profundidad de forma tal que la zona de interés ocupe el centro de la pantalla. Se finaliza el estudio con un corte sagital, que se logra volviendo a rotar 90 grados. Se retira el transductor en la forma habitual”.
Todas las pacientes fueron informadas sobre el procedimiento y prestaron conformidad para el mismo.

RESULTADOS

Se realizaron 929 ecografías endovaginales. En todos los casos se logró reconocer el canal anal e individualizar sus componentes, según se describen a continuación.
En el corte axial (Fig. 1), se observa en el centro una pequeña imagen hipoecoica, irregular, que corresponde a la mucosa. Por fuera de esta, la submucosa se presenta gruesa y ecogénica. Esta estructura, está rodeada por un anillo hipoecoico, bien definido, homogéneo, que es el esfínter interno. En cambio, el esfínter externo se aprecia como un anillo moderadamente ecogénico cuyo límite externo no se delimita tan claramente como el anterior. Todas estas capas concéntricas conforman, en el corte axial, una imagen circular tipo escarapela o blanco de tiro, a nivel de los 2/3 inferiores del conducto anal. En el tercio superior, se agrega por fuera una imagen ecogénica, mal definida, que rodea la mitad posterior de “la escarapela” y se separa de esta en la mitad anterior: es el músculo elevador del ano (Fig. 2).
En el corte sagital (Fig. 3) se aprecia una imagen tubular conformada por los mismos planos antes descriptos pero con menor definición de sus componentes, excepto el esfínter interno que se delimita muy bien y constituye la única estructura visible ecográficamente en el nivel mas bajo del conducto anal.

COMENTARIOS

Haber logrado reconocer los componentes anatómicos del canal anal, ya sea en forma total o parcial, en el 100% de los casos estudiados permite afirmar que el método es, al menos, reproducible (5).
Ahora bien, que la técnica pueda ser implementada por otros operadores no demuestra utilidad de la misma. Para ello hay que diseñar protocolos de investigación con diferentes líneas de estudio sobre la patología locorregional.
En principio se podría comparar esta vía versus la clásica evaluación ecográfica endoanal, para determinar cual de las dos tiene mejor correlación con los hallazgos clínico quirúrgicos.
Existe la posibilidad teórica que los métodos no sean excluyentes entre sí, proveyendo mejores resultados uno u otro según la indicación o patología en estudio.
Las indicaciones habituales de ecografía del canal anal son (6):
Incontinencia fecal
Enfermedad inflamatoria perianal
Cáncer de ano

Las potenciales líneas de investigación son infinitas. Como se señaló en la introducción, la utilidad de la ecografía por vía transvaginal está subestimada ya que se la utiliza casi exclusivamente para estudios ginecológicos. Sin embargo, el interés del autor no es desarrollar nuevas indicaciones de la ecografía transvaginal sino estudiar la utilidad de la ecografía del canal anal por vías diferentes del estudio endoanal, entre ellas la transvaginal. Así es que se podrían delinear dos protocolos de investigación, con base en la relativamente poca bibliografía disponible sobre el tema (7-8):
Ecografías transperineal y transvaginal del canal anal en la incontinencia fecal
Ecografías transperineal y transvaginal del canal anal en la enfermedad inflamatoria perianal (fístulas y abscesos)

Con el objeto de unificar la terminología para la solicitud de estos estudios e implementación de los mismos, a continuación se propone una denominación de cada uno que excede la mera discusión semántica y pretende evitar malos entendidos entre clínicos y ecografistas.

El prefijo “endo” indica el órgano a estudiar, que en el caso de la vagina se hace extensivo al resto de los genitales internos femeninos. Así entonces:
Ecografía endovaginal = Ecografía ginecológica por vía endocavitaria.
Ecografía endorrectal = Ecografía endocavitaria para el estudio del recto.
Ecografía endoanal = Ecografía endocavitaria para el estudio del canal anal.

El prefijo “trans” solo indica la vía por la cual se va a hacer el estudio. Además, se debe especificar el órgano o región a estudiar. Algunos ejemplos:
Ecografía del ano por vía transvaginal
Ecografía del ano por vía transperineal
Ecografía de próstata por vía transrrectal
Solo para ilustrar una de las hipótesis de trabajo a desarrollar en el futuro se cita textualmente a Stephanie Wilson (9), una de las investigadoras con más experiencia en el tema: “Las fístulas del conducto anal se valoran adecuadamente por vía transvaginal en las mujeres” (Fig. 4). El desafío es demostrar esto en nuestro medio, para posibilitar la accesibilidad a un método sencillo, útil, necesario, económico y confiable.

REFERENCIAS
Primerano AR. Alcances de la ecografía transrectal extraprostática (Parte 1). Ultrasonido 2002; 1:189-200
Damani N, Wilson SR. Nongynecologic applications of transvaginal US. RadioGraphics 1999; 19:179-200
Testut L, Latarjet A. Tratado de anatomía humana. Novena edición. Barcelona: Salvat, 1978:497-530
Raffo JM, Carbonetto E. Afecciones de la región anorrectal. En: Michans JR. Ed. Patología quirúrgica. Tercera edición. Barcelona: El ateneo,1981:1568-92
Stewart LK, Wilson SR. Transvaginal sonography of the anal sphincter: Reliable, or not? AJR 1999; 173:179-85
Primerano AR. Alcances de la ecografía transrectal extraprostática (Parte 2). Ultrasonido 2003; 2:56-66
Alexander AA, Liu JB, Merton DA, Nagle DA. Fecal incontinence: Transvaginal US evaluation of anatomic causes. Radiology 1996; 199:529-32
Stewart LK, McGee J, Wilson SR. Transperineal and transvaginal sonography of perianal inflammatory disease. AJR 2001; 177:627-32
Wilson SR. Tracto gastrointestinal. En: Rumack CM, Wilson SR, Charboneau JW. Eds. Diagnóstico por ecografía. Segunda edición. Madrid: Marbán, 1999: 324-5

Fig. 1. Corte axial, por vía transvaginal, a nivel del tercio medio del canal anal.

Fig. 2. Corte axial, por vía transvaginal, a nivel del tercio superior del canal anal.









Fig. 4. Corte axial, por vía transvaginal, obtenido con un equipo portátil. En el esfínter externo, en hora 1, se destaca una imagen lineal, ecogénica, dispuesta en forma radiada. La imagen ecográfica correspondió a una fístula.

martes, 6 de mayo de 2008

ECOGRAFIA MULTIPLANAR DEL CORAZON FETAL


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miércoles, 2 de abril de 2008

ECOGRAFIA MULTIPLANAR DEL ENCEFALO FETAL


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martes, 11 de marzo de 2008

ECOGRAFIA 4D


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viernes, 15 de febrero de 2008

CARLA BRUNI DIXIT

"El modelaje es una forma fácil de hacer dinero sin ninguna experiencia. No me siento culpable: es la sociedad la que no paga a sus médicos y maestros y sí a sus deportistas y modelos"

Carla Bruni
Ex modelo y cantante
Actual pareja de Nicolás Sarkozy, presidente de Francia

domingo, 6 de enero de 2008

SCAN ANATOMICO DETALLADO FETAL

El denominado scan o nivel II, es una ecografía obstétrica que tiene dos indicaciones precisas y debe ser realizada atendiendo tres condiciones básicas.

INDICACIONES

1) Intentar confirmar o descartar la presencia de alteraciones estructurales sospechadas con ecografía previa
2) Evaluar a un feto que tiene alto riesgo de malformaciones, generalmente por antecedentes heredofamiliares

CONDICIONES

Este estudio debe ser efectuado:
1) Por un operador con formación específica y amplia experiencia en ecografía fetal
2) Con un equipo de alta resolución
3) Con tiempo suficiente

La tasa detección ecográfica global de malformaciones congénitas, en una población no seleccionada, es del 30 %
Por lo mencionado al inicio, el scan se realiza solo a poblaciones seleccionadas, alcanzando en estas una tasa de detección global cercana al 60 %. Se excluyen de estas cifras a las cardiopatías congénitas, dado que para su diagnóstico de certeza se debe realizar una ecocardiografía fetal.

El scan se puede realizar a cualquier edad gestacional. Sin embargo, se recomienda su práctica en la semana 22 . Entre otros motivos porque, a esta edad gestacional, el feto esta estructuralmente terminado de formar y la osificación todavía no dificulta la evaluación. Además, la relación de volúmenes entre el feto y el líquido amniótico es óptima como ventana acústica.
Se debe tener en cuenta que existen entidades que se expresan tardíamente como, por ejemplo, la acondroplasia heterocigota y algunas hernias diafragmáticas. Para su diagnóstico, es imprescindible una ecografía obstétrica convencional en el tercer trimestre, como complemento del scan. Por motivos similares, el scan precoz que forma parte de la prueba de Translucencia Nucal entre las 11 y 13.6 semanas, debe ser seguido de un scan anatómico detallado fetal en la semana 22.